DELFINOTERAPIA.



La Delfinoterapia es una rama de la Zooterapia, donde se utilizan delfines normalmente, de la especie nariz de botella como medio Terapéutico, esta es aplicada no sólo a niños autistas sino a pacientes con todo tipo de patologías y trastornos a nivel físico y emocional, ya sea personas con síndrome de down, parálisis cerebral, retardo mental, depresiones, fobias, adicciones, etc. También se trabaja con personas con cáncer y embarazadas.

John Lilly, estudioso de la anatomía y sistema neurológico de estos mamíferos, fue uno de los precursores de este tipo de tratamientos basados en delfines. John Lilly, en definitiva, mostró al mundo que los delfines son seres inteligentes y que pueden 'conectar' psicológicamente con el ser humano.

Hoy  la delfinoterapia se usa en varios lugares del mundo como en Estados Unidos, en Inglaterra, España, México, Australia; se  ha comprobado que los resultados son muy positivos con niños con síndrome de Down y autistas, ya que mejoran su capacidad para prestar atención, lo que redunda en una optimización de los procesos de enseñanza incrementar su capacidad de comunicación, y ganar en independencia, serenidad y cooperación. Los monitores premian a los pequeños en las tareas de aprendizaje con la posibilidad de entrar en contacto con los delfines.

La forma de tratamiento más habitual es a través de los baños de contacto, mediante ejercicios, caricias y otras expresiones de cariño que el delfín y el paciente se profesan espontáneamente. Estos contactos permiten incrementar el optimismo, pacificar mente y espíritu, aumentar la seguridad y la confianza, así como desbloquear las fuentes de miedo.

El sonido del Delfín, estimula directamente al hipotálamo produciendo endorfinas que son las células neurotransmisoras y estimula la producción de la hormona ACTH, la cual produce una sensación de estabilidad (equilibrio emocional). Se dice que produce cambios neuroquímicos y neuroeléctricos.
Produciendo una sensación de anestesia entre los primeros cambios que aparecen en los pacientes que toman delfinoterapia, esta el aumento en calidad y cantidad de sueño, se ven mas interesados por su entorno, puede que al tercer o cuarto día se presenten vómitos ya que nuestro organismo, no está acostumbrado a trabajar con nuestro cerebro en ondas Alfa y Teta.

Aunque no está comprobado científicamente, algunos terapeutas consideran que los sonidos que emite un delfín entrenado son capaces, además, de estimular el sistema nervioso y el cerebro humano, un efecto que es mucho más representativo en menores de edad. Se trata de una hipótesis que día a día cobra fuerza en virtud de los buenos resultados que se obtienen en diversos centros de delfinoterapia repartidos por todo el mundo.

Los médicos, a pesar de ello, insisten en que estos animales no son capaces de curar o erradicar enfermedades, sino que consiguen favorecer ciertas mejoras que permiten ciertos progresos y avances.
Ante todo, debemos tener en cuenta que la delfinoterapia no es una medicina alternativa, sino complementaria a otra serie de recursos médicos que, en conjunto, es cuando producen buenos resultados.